Como algunos saben, durante la primera quincena de febrero se celebra en China y en toda Asia el año nuevo lunar chino. Desfiles, danzas del dragón, fuegos artificiales, idas al templo, etc se pueden ver en todos los barrios chinos del mundo. Japón no es la excepción y durante estas fechas el barrio chino de Yokohama, el más grande de Asia, tira la casa por la ventana.
Para nuestra suerte, Yokohama está al lado de Tokio. Media hora en tren y listo. Quizás a algunos les suene el nombre de esta ciudad. En noviembre de 2010 se realizó la APEC y uno de sus asistentes estrella fue nuestro presidente.
Pero volvamos a lo nuestro. El sábado pasado decidimos ir a celebrar el año nuevo chino y partimos a Chukagai, el chinatown de Yokohama. Nos recibió una monumental "puerta", la que nos invitaba a entrar a un pedazo de China en pleno Japón.
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La puerta de entrada al barrio chino |
Nos metimos al laberinto de calles llenas de restaurantes, tiendas, gente, lamparitas, dragones, empanaditas rellenas cocidas al vapor, etc. Todo era impresionante y lleno de color. Como buen barrio chino, las tiendas vendían cosas de todas partes del mundo. En la primera que nos metimos, un ekeko gigante nos recibió y hasta artesanía chilena encontramos. Como buen representante chino, el oso panda estaba en todos lados, tiendas, lienzos y hasta empanaditas rellenas tenían al oso oriental como protagonista.
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Típica tienda de barrio chino |
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El ekeko gigante. |
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De Pomaire a Yokohama... |
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Tienda dedicada al panda. |
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Empanaditas rellenas con forma de panda. |
Las clásicas empanaditas rellenas con chancho, mariscos, o lo que sea, y cocinadas al vapor, eran las reinas del barrio. En todos lados habían puestos con asiáticos (todavía no puedo distinguir al chino del japonés o del coreano) cocinando. Como buenos turistas, donde lo culinario es importante, no dejamos de probar estas exquisiteces.
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Puesto de venta de estas "empanaditas". |
Hasta el momento todo iba muy bien, pero nos faltaba ver alguna celebración de año nuevo. De repente, vemos que mucha gente se aglomera alrededor de una plaza porque un desfile con danzas de dragones estaba comenzando. Corrimos hacia la multitud pero fue imposible avanzar y gracias a nuestra "gran estatura" no vimos mucho. La única beneficiada fue la fiel cámara de fotos.
Después de nuestro "encuentro cercano" con los dragones chinos, seguimos caminando por las calles de este barrio. Para alegría nuestra, vimos algunos personajes dignos de fotografiar. Primero, nos topamos con un señor vestido de manera muy extravagante que hasta pechugas falsas tenía. Luego, un asiático que iba en zancos y vestido para un desfile casi nos pisa .
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Señor extravagante. |
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El hombre de los zancos. |
Siguiendo al hombre de los zancos llegamos a unas callecitas llenas de lámparitas chinas y al templo. Durante el año nuevo, la gente va a los templos a prenderles inciensos a sus antepasados. Los templos están llenos de color y decorados con lámparas y lienzos que contienen mensajes de experanza para el nuevo año que comienza.
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Las clásicas lamparitas chinas. |
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Inciensos gigantes. |
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Después de prender los inciensos, se finaliza la visita al templo tocando el gong. |
Como en todo año que comienza, mucha gente quiere saber qué le deparará el destino y recurre a los adivinos para que les lean el futuro. Lamentablemente, la barrera idiomática nos impedía si quiera considerar la opción de saber qué nos traía el año del conejo.
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Un adivino leyendo una mano. |
Bueno seguidores, esta fue nuestra aventura china en pleno Japón. Espero que les haya gustado.
Feliz año del conejo!
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