Si, tal cual, nuestra aventura nipona está llegando a su fin y, por ende, el querido blog santiagoentokio. Cuando empecé a escribirlo nunca imaginé la excelente acogida que tendría. Pensaba que lo iba a leer sólo la gente cercana y por cumplir. Pero me equivoqué y algo que nació para entrenerme, terminó cautivando a gran cantidad de gente.
La idea era mostrar a través de los ojos de una chilena lo diferente que se vive en este país. Creo que lo logré y siento que ustedes conocieron a fondo esta cultura taaan distinta a la nuestra.
A través de estos cuatro meses, pudimos comprobar que Japón es un país único, fascinante e interesantísimo. El pasado y el presente, lo tradicional y lo moderno conviven en armonía.
Hay muchas cosas dignas de imitar. Japón tiene el mejor sevicio del mundo. Donde uno vaya, ya sea un restaurant, una tienda un parque, etc, la gente te atiende con calidez, prontitud y excelencia. La ciudad es limpia, siendo que casi no hay basureros en las calles, ordenada y todo funciona con puntualidad inglesa. No hay bichos (les juro que no he visto una mosca o una hormiga desde que llegué), ni el clásico quiltro. Es muy seguro, casi no hay ladrones y hasta los niños andan solos en el metro o en las calles. A pesar del idioma, es una ciudad muy amigable.
A pesar de lo maravilloso que es vivir en esta ciudad, también hay cosas negativas. El estrés laboral y las largas horas que pasan los japoneses en la oficina no es digno de imitar. La poca vida familiar, poca comunicación y las grandes expectativas que se ponen en un hijo para que entre al mejor colegio o a la mejor universidad hace que haya adolescentes y jóvenes infelices. La sociedad japonesa es muy homogénea y rígida, esto significa que si te sales del plan establecido (buen colegio-buena universidad-buen trabajo de por vida) no hay modo de encajar de vuelta. Hace unos años atrás, las muertes superaron a los nacimientos, lo que significa que de aquí al 2020, la población va a empezar a disminuir. Las mujeres no quieren tener hijos porque es caro, estresante y están obligadas a dejar su carrera de lado. A pesar de la modernidad, la sociedad sigue siendo muy machista.
Bueno amigos, no los lateo más y sólo me queda darles las GRACIAS porque el éxito de este blog es en gran parte por ustedes.
Nos vemos en Chile!
Arigato gozaimasu! (y la correspondiente reverencia)
martes, 8 de marzo de 2011
martes, 1 de marzo de 2011
Asakusa: el gran templo y la cerveza
Después de ver la modernidad y la excentricidad de Akihabara uno podrá pensar que lo antiguo no tiene cabida en el Tokio actual. Pero no. Los templos siguen jugando un papel importante en la vida de los nipones, habiendo gran cantidad de ellos en la capital, así como en todo Japón, los que generalmente son budistas o sintoístas. Pero no se asusten, no voy a hacer un tratado sobre religiones japonesas, sino que voy a hablar sobre uno de ellos: el Senso-ji, el más antiguo de Tokio.
Este impresionante templo está en el barrio de Asakusa, el más, (valga la rebundancia), antiguo de la capital nipona. El pasado se puede sentir cuando uno camina por sus calles, aunque queden pocos distritos tradicionales debido al feroz bombardeo del que fue víctima la ciudad y, sobretodo Asakusa, durante la II Guerra Mundial. Afortunadamente, el barrio se recuperó y pasó a tener otros "monumentos modernos" que lo identifican. Uno de ellos es el edificio en forma de shop de cerveza que construyó Asahi, una importante empresa japonesa, que es el equivalente chileno a la CCU. Asakusa es también cuna del barrio de Kappabashi-dori, donde venden las réplicas en plástico de comida y del cual hablé en detalle en uno de los primeros post.
Vamos al templo. Senso-ji es uno de los más visitados de la ciudad, sobretodo el fin de semana. Al llegar lo primero que uno se encuentra son hombres vestidos en forma tradicional y con unos zapatos que parecen simular unas patas de rana, con una separación al medio. Estos simpatiquísimos personajes están dispuestos a pasear al que quiera (y pague) en una mini carroza por el templo. Nosotros no nos aventuramos.
Después nos encontramos con la imponente entrada, donde una lámpara gigante nos invita a entrar. En nuestro atiborrado caminar vemos numerosas tiendas de souvenirs típicos japoneses hasta que llegamos al templo. Ahí vemos a numerosos nipones cumplir los rituales. Primero se escribe en una hoja algo que se quiera pedir y luego se amarra a unos alambres especiales. Posteriormente se pueden ver algunos que prenden inciensos para pedir por sus antepasados y luego en el templo mismo arrojan monedas y rezan. Lo más raro es que este ritual se puede hacer en cualquier tipo de templo, sin importar si es budista o sintoísta, porque los japos no creen en una sola religión, sino que incorporan elementos de varias de ellas, proceso que se conoce con el nombre de sincretismo. De hecho, una de las oraciones más populares cuando alguien tiene un problema es: "Kami-sama, Hotoke-sama, dōka otasuke kudasai", que significa Dioses y Buda ayudadme de alguna forma, por favor. O sea, como se diría en buen chileno, cualquier micro les sirve.
Pero no todo es fervor. Miles de puestos de comida y productos rodean al templo, lo que lo convierte en un buen paseo de fin de semana. Por supuesto todo es ultra limpio y no hay peligro de intoxicarse.
¡Espero les haya gustado!
Queda sólo uno...
Este impresionante templo está en el barrio de Asakusa, el más, (valga la rebundancia), antiguo de la capital nipona. El pasado se puede sentir cuando uno camina por sus calles, aunque queden pocos distritos tradicionales debido al feroz bombardeo del que fue víctima la ciudad y, sobretodo Asakusa, durante la II Guerra Mundial. Afortunadamente, el barrio se recuperó y pasó a tener otros "monumentos modernos" que lo identifican. Uno de ellos es el edificio en forma de shop de cerveza que construyó Asahi, una importante empresa japonesa, que es el equivalente chileno a la CCU. Asakusa es también cuna del barrio de Kappabashi-dori, donde venden las réplicas en plástico de comida y del cual hablé en detalle en uno de los primeros post.
El edificio de Asahi. Lo dorado es la cerveza y lo de arriba simula la espuma. Lo de al lado es un grano de cebada. |
Hombre del carro |
Después nos encontramos con la imponente entrada, donde una lámpara gigante nos invita a entrar. En nuestro atiborrado caminar vemos numerosas tiendas de souvenirs típicos japoneses hasta que llegamos al templo. Ahí vemos a numerosos nipones cumplir los rituales. Primero se escribe en una hoja algo que se quiera pedir y luego se amarra a unos alambres especiales. Posteriormente se pueden ver algunos que prenden inciensos para pedir por sus antepasados y luego en el templo mismo arrojan monedas y rezan. Lo más raro es que este ritual se puede hacer en cualquier tipo de templo, sin importar si es budista o sintoísta, porque los japos no creen en una sola religión, sino que incorporan elementos de varias de ellas, proceso que se conoce con el nombre de sincretismo. De hecho, una de las oraciones más populares cuando alguien tiene un problema es: "Kami-sama, Hotoke-sama, dōka otasuke kudasai", que significa Dioses y Buda ayudadme de alguna forma, por favor. O sea, como se diría en buen chileno, cualquier micro les sirve.
La imponente lámpara de la entrada |
Camino al templo |
El templo |
Las peticiones |
El incienso |
El rezo después de haber tirado una moneda |
Vista desde arriba del templo |
Una de las estatuas budistas que rodea al templo |
Más estatuas |
Pero no todo es fervor. Miles de puestos de comida y productos rodean al templo, lo que lo convierte en un buen paseo de fin de semana. Por supuesto todo es ultra limpio y no hay peligro de intoxicarse.
Unos yakitoris de pollo, lo más cercano a nuestro anticucho. |
¡Espero les haya gustado!
Queda sólo uno...
martes, 22 de febrero de 2011
La dualidad de Akihabara
Todos sabemos que Japón es famoso por sus artículos electrónicos. Autos, cámaras de fotos, DVDs, Blue Ray, televisores, etc. son el fuerte de numerosas y mundialmente conocidas empresas japonesas como Sony, Canon, Nikon, Toyota y muchas otras más.
Akihabara es el "electric town" de Tokio. Un barrio dedicado a vender todo tipo de artículos electrónicos a precios absolutamente convenientes (es lo único más barato que en Chile). Y si uno es turista, mucho mejor, se muestra el pasaporte y no hay que pagar impuestos.
La mayoría de estas tiendas son enormes, con 6 pisos aproximadamente, donde se puede encontrar de todo. Desde artículos para la cocina, para el pelo, reproductores de música, relojes, televisores, computadores, iphones, ipads, ipod, etc. Hay productos de todas las marcas y precios.
Como todo rincón moderno japonés, las calles de Akihabara están llenas de letreros iluminados, colores y mucha gente. Pero no sólo de electrónica vive Akihabara, este lugar es centro de la cultura otaku, el manga y el anime.
Algunos quizás no saben qué significan estas palabras, pero les aseguro que más de alguna vez han visto dibujos animados de procedencia japonesa. Los ojos grandes y profundos de éstos son inconfundibles. A eso se le llama anime, el que no sólo está pensado para niños, sino para todas las edades. En Akihabara se pueden encontrar un gran cantidad de tiendas dedicadas al anime y al manga. Este último término se usa para referirse a las historietas del anime y otaku es como se denomina a sus seguidores.
Como podrán ver, algunos anime tienen connotaciones sexuales y juegan mucho con la fantasía sexual. En Akihabara también se encuentran tiendas donde se vende pornografía.
Pero lo más raro que encontramos acá son los Maid Café o restaurantes Cosplay. Este tipo de establecimientos están intimammente relacionados con el anime. Me explico, se trata de cafés o restaurantes donde las camareras están vestidas como sirvientas francesas del siglo XVIII, con algún toque excéntrico japonés. Ellas juegan el papel de sirvientas y el cliente es el amo. Cuando el cliente entra al café, ellas lo saludan diciendo "bienvenido amo". Lo acompañan a una mesa y dependiendo del pedido la sirvienta hace alguna "gracia". Por ejemplo, si el cliente pide una tortilla o un plato de curry, la sirvienta dibuja un conejito o un corazón con ketchup u otro aderezo. Si pide una taza de té, la sirvienta pregunta a su "amo" cuántos terrones de azúcar debe agregar a la taza.
Estos locales tienen reglas muy rígidas, tales como:
1. Está prohibido sacar fotos.
2. No se les puede pedir el teléfono ni el mail ni preguntar por datos de su vida privada a las maid.
3. Está estrictamente prohibido el contacto corporal.
Si alguna vez vienen a Tokio y quieren ir a uno de estos excéntricos lugares no olviden estos datos y lleven muchos yenes porque son bien caros.
Bueno, eso es todo amigos! Espero que les haya gustado leer sobre el fascinante y excéntrico barrio que es Akihabara, cuna de la electrónica y la cultura pop japonesa.
Quedan sólo dos post...
Akihabara es el "electric town" de Tokio. Un barrio dedicado a vender todo tipo de artículos electrónicos a precios absolutamente convenientes (es lo único más barato que en Chile). Y si uno es turista, mucho mejor, se muestra el pasaporte y no hay que pagar impuestos.
La mayoría de estas tiendas son enormes, con 6 pisos aproximadamente, donde se puede encontrar de todo. Desde artículos para la cocina, para el pelo, reproductores de música, relojes, televisores, computadores, iphones, ipads, ipod, etc. Hay productos de todas las marcas y precios.
Vista de Akihabara |
Una de las muchas tiendas donde venden TODO tipo de artículos electrónicos |
Algunas de las marcas niponas |
Dentro de una de estas inmensas tiendas |
Como todo rincón moderno japonés, las calles de Akihabara están llenas de letreros iluminados, colores y mucha gente. Pero no sólo de electrónica vive Akihabara, este lugar es centro de la cultura otaku, el manga y el anime.
Algunos quizás no saben qué significan estas palabras, pero les aseguro que más de alguna vez han visto dibujos animados de procedencia japonesa. Los ojos grandes y profundos de éstos son inconfundibles. A eso se le llama anime, el que no sólo está pensado para niños, sino para todas las edades. En Akihabara se pueden encontrar un gran cantidad de tiendas dedicadas al anime y al manga. Este último término se usa para referirse a las historietas del anime y otaku es como se denomina a sus seguidores.
Como podrán ver, algunos anime tienen connotaciones sexuales y juegan mucho con la fantasía sexual. En Akihabara también se encuentran tiendas donde se vende pornografía.
Pero lo más raro que encontramos acá son los Maid Café o restaurantes Cosplay. Este tipo de establecimientos están intimammente relacionados con el anime. Me explico, se trata de cafés o restaurantes donde las camareras están vestidas como sirvientas francesas del siglo XVIII, con algún toque excéntrico japonés. Ellas juegan el papel de sirvientas y el cliente es el amo. Cuando el cliente entra al café, ellas lo saludan diciendo "bienvenido amo". Lo acompañan a una mesa y dependiendo del pedido la sirvienta hace alguna "gracia". Por ejemplo, si el cliente pide una tortilla o un plato de curry, la sirvienta dibuja un conejito o un corazón con ketchup u otro aderezo. Si pide una taza de té, la sirvienta pregunta a su "amo" cuántos terrones de azúcar debe agregar a la taza.
Estos locales tienen reglas muy rígidas, tales como:
1. Está prohibido sacar fotos.
2. No se les puede pedir el teléfono ni el mail ni preguntar por datos de su vida privada a las maid.
3. Está estrictamente prohibido el contacto corporal.
Si alguna vez vienen a Tokio y quieren ir a uno de estos excéntricos lugares no olviden estos datos y lleven muchos yenes porque son bien caros.
Una maid repartiendo papelitos para ir a su café. Esta foto fue lograda después de muchos intentos porque las maid se esconden apenas ven una cámara cerca. |
Quedan sólo dos post...
miércoles, 16 de febrero de 2011
Tokyo Metoro
Así es como pronuncian los japoneses en inglés la palabra metro. Como podrán adivinar, hoy les voy a hablar del metro, nuestro medio de transporte más frecuente. A simple vista puede parecer muy enredado, líneas de distintos colores que se cruzan unas con otras, letras, números, infinitas estaciones, etc. Para los chilenos que estamos acostumbrados a 5 líneas que van casi en línea recta, andar en el metro de Tokio puede ser un desafío. Pero no. La cosa no es tan complicada y cualquier mortal con su mapa puede lograrlo.
Primero, hay que tener una tarjeta tipo Bip, pero más moderna, que se llama Suica. También existen unas que se llaman Pasmo y la única diferencia es que son de distintas compañías, pero ambas sirven. Además, con estas tarjetas se puede pagar en algunos kioscos, cafés o supermercados, algo que nuestra bip está a años luz de lograr. En Tokyo hay aproximadamente 18 líneas y algunas son operadas por la compañía privada Metro de Tokio y el resto por la Toei, que es estatal. Pero sigamos con nuestro viaje. La tarjetita se consigue en unas máquinas especiales donde se puede además recargar...nada de contacto humano. Gracias a Dios, la maquina y todas las instrucciones del metro están en inglés o sino sería imposible. Luego de cargar nuestra Suica con mínimo 1000 yenes (6.000 pesos chilenos), hay que pasar por las máquinas validadoras, donde se resta el primer monto de viaje, que puede variar, pero lo mínimo son 130-160 yenes o sea casi mil pesos chilenos. Luego al salir hay que volver a validar y se descuenta lo que costó el tramo. Si se cambia de compañía, eso también tiene un cargo extra.
Después de lograr entrar, hay que buscar el andén y la línea que nos servirían. Todo está muy bien señalizado y hasta te dicen los metros que tienes que caminar para llegar a la línea que quieres. Eso si, hay que tener cuidado porque a veces la conexión no está en la misma estación, sino fuera y es fácil perderse, algo que me pasó cuando tenía que ir a dar mi entrevista para el curso de inglés. No podía encontrar la estación donde tenía que hacer conexión y el guardia me ayudaba poco con su precario inglés. Después de mucho rabiar y caminar finalmente la encontré.
Los andenes son muy agradables y límpios. La gente no se aglomera a esperar a que llegue el tren, sino que se ponen en filas frente a la demarcación que muestra donde se va a abrir la puerta del vagón. Hay pantallas que anuncian la hora exacta en que llegará el tren y la hora en que llegará el siguiente. Nunca es más de cinco minutos entre tren y tren. Para salir o entrar a los andenes hay escaleras mecánicas y normales. En las mecánicas hay que colocarse en el lado izquierdo para que la persona que esté apurada pueda pasar. Es como si uno fuera manejando en la carretera, donde hay pistas para adelantar. Esto es lo mismo, pero a escala humana.
Llega el tren y la gente que quiere subir se pone a los costados de la puerta a esperar que salgan los que se quieren bajar. Nadie se mete antes y el clásico pillo chileno sería mal mirado. Una vez adentro, se puede constatar que el silencio se apodera de los andenes. No se puede hablar por celular y nadie come. La gente generalmente va jugando con los celulares (en silencio obviamente), leyendo un libro, que curiosamente está forrado con papel para que nadie vea lo que se lee o durmiendo. Estos japoneses tienen una capacidad impresionante para subirse al metro y empezar a cabecear, si hasta ronquidos me han tocado. Algo muy útil que tienen los vagones son unas pantallas que muestran cuántos minutos faltan para llegar a cada estación. Otra cosa que se podría imitar en Chile es que en verano los vagones tienen aire acondicionado y en invierno calefacción.
Este video muestra el silencio en que va la gente y las instrucciones dadas en japones y en inglés.
Bueno amigos, fin del viaje. A la salida fíjense bien por qué puerta salen porque las estaciones son realmente grandes y abarcan cuadras y cuadras, con restaurantes y hasta supermercados en su interior.
Espero les haya gustado y ya quedan pocos post...
Mapa del metro |
Máquina para comprar o recargar la Suica |
Mi fiel Suica |
Torniquetes donde se valida la Suica. No hay que meterla, sino apoyarla sobre el círculo azul que se ve arriba y al otro lado muestra la cantidad que se descontó. |
Los andenes son muy agradables y límpios. La gente no se aglomera a esperar a que llegue el tren, sino que se ponen en filas frente a la demarcación que muestra donde se va a abrir la puerta del vagón. Hay pantallas que anuncian la hora exacta en que llegará el tren y la hora en que llegará el siguiente. Nunca es más de cinco minutos entre tren y tren. Para salir o entrar a los andenes hay escaleras mecánicas y normales. En las mecánicas hay que colocarse en el lado izquierdo para que la persona que esté apurada pueda pasar. Es como si uno fuera manejando en la carretera, donde hay pistas para adelantar. Esto es lo mismo, pero a escala humana.
Gente detrás de una línea de demarcación, que está debajo del señor de abrigo verde. |
Pantallas que anuncian la hora de llegada de los trenes. |
Japoneses subiendo ordenadamente la escalera. |
Una estación de una línea privada |
Una de las más importantes líneas estatales: JR Yamanote |
Jugando con celular y leyendo. |
Aunque no parezca, esta señora y la de al lado duermen plácidamente. |
La bloggera en la JR Yamanote line haciendo el típico gesto japonés a la hora de sacarse fotos. |
Nuevamente la bloggera en metro, pero esta vez en una línea privada. |
Bueno amigos, fin del viaje. A la salida fíjense bien por qué puerta salen porque las estaciones son realmente grandes y abarcan cuadras y cuadras, con restaurantes y hasta supermercados en su interior.
Espero les haya gustado y ya quedan pocos post...
*Como bonus track, acá va un video de lo que puede ser usar el metro de Tokio, uno de los más grandes y transitados del mundo, en hora punta.
martes, 8 de febrero de 2011
Celebrando el año nuevo chino en...Japón
Como algunos saben, durante la primera quincena de febrero se celebra en China y en toda Asia el año nuevo lunar chino. Desfiles, danzas del dragón, fuegos artificiales, idas al templo, etc se pueden ver en todos los barrios chinos del mundo. Japón no es la excepción y durante estas fechas el barrio chino de Yokohama, el más grande de Asia, tira la casa por la ventana.
Para nuestra suerte, Yokohama está al lado de Tokio. Media hora en tren y listo. Quizás a algunos les suene el nombre de esta ciudad. En noviembre de 2010 se realizó la APEC y uno de sus asistentes estrella fue nuestro presidente.
Pero volvamos a lo nuestro. El sábado pasado decidimos ir a celebrar el año nuevo chino y partimos a Chukagai, el chinatown de Yokohama. Nos recibió una monumental "puerta", la que nos invitaba a entrar a un pedazo de China en pleno Japón.
Nos metimos al laberinto de calles llenas de restaurantes, tiendas, gente, lamparitas, dragones, empanaditas rellenas cocidas al vapor, etc. Todo era impresionante y lleno de color. Como buen barrio chino, las tiendas vendían cosas de todas partes del mundo. En la primera que nos metimos, un ekeko gigante nos recibió y hasta artesanía chilena encontramos. Como buen representante chino, el oso panda estaba en todos lados, tiendas, lienzos y hasta empanaditas rellenas tenían al oso oriental como protagonista.
Las clásicas empanaditas rellenas con chancho, mariscos, o lo que sea, y cocinadas al vapor, eran las reinas del barrio. En todos lados habían puestos con asiáticos (todavía no puedo distinguir al chino del japonés o del coreano) cocinando. Como buenos turistas, donde lo culinario es importante, no dejamos de probar estas exquisiteces.
Hasta el momento todo iba muy bien, pero nos faltaba ver alguna celebración de año nuevo. De repente, vemos que mucha gente se aglomera alrededor de una plaza porque un desfile con danzas de dragones estaba comenzando. Corrimos hacia la multitud pero fue imposible avanzar y gracias a nuestra "gran estatura" no vimos mucho. La única beneficiada fue la fiel cámara de fotos.
Después de nuestro "encuentro cercano" con los dragones chinos, seguimos caminando por las calles de este barrio. Para alegría nuestra, vimos algunos personajes dignos de fotografiar. Primero, nos topamos con un señor vestido de manera muy extravagante que hasta pechugas falsas tenía. Luego, un asiático que iba en zancos y vestido para un desfile casi nos pisa .
Siguiendo al hombre de los zancos llegamos a unas callecitas llenas de lámparitas chinas y al templo. Durante el año nuevo, la gente va a los templos a prenderles inciensos a sus antepasados. Los templos están llenos de color y decorados con lámparas y lienzos que contienen mensajes de experanza para el nuevo año que comienza.
Como en todo año que comienza, mucha gente quiere saber qué le deparará el destino y recurre a los adivinos para que les lean el futuro. Lamentablemente, la barrera idiomática nos impedía si quiera considerar la opción de saber qué nos traía el año del conejo.
Bueno seguidores, esta fue nuestra aventura china en pleno Japón. Espero que les haya gustado.
Feliz año del conejo!
Para nuestra suerte, Yokohama está al lado de Tokio. Media hora en tren y listo. Quizás a algunos les suene el nombre de esta ciudad. En noviembre de 2010 se realizó la APEC y uno de sus asistentes estrella fue nuestro presidente.
Pero volvamos a lo nuestro. El sábado pasado decidimos ir a celebrar el año nuevo chino y partimos a Chukagai, el chinatown de Yokohama. Nos recibió una monumental "puerta", la que nos invitaba a entrar a un pedazo de China en pleno Japón.
La puerta de entrada al barrio chino |
Nos metimos al laberinto de calles llenas de restaurantes, tiendas, gente, lamparitas, dragones, empanaditas rellenas cocidas al vapor, etc. Todo era impresionante y lleno de color. Como buen barrio chino, las tiendas vendían cosas de todas partes del mundo. En la primera que nos metimos, un ekeko gigante nos recibió y hasta artesanía chilena encontramos. Como buen representante chino, el oso panda estaba en todos lados, tiendas, lienzos y hasta empanaditas rellenas tenían al oso oriental como protagonista.
Típica tienda de barrio chino |
El ekeko gigante. |
De Pomaire a Yokohama... |
Tienda dedicada al panda. |
Empanaditas rellenas con forma de panda. |
Puesto de venta de estas "empanaditas". |
Después de nuestro "encuentro cercano" con los dragones chinos, seguimos caminando por las calles de este barrio. Para alegría nuestra, vimos algunos personajes dignos de fotografiar. Primero, nos topamos con un señor vestido de manera muy extravagante que hasta pechugas falsas tenía. Luego, un asiático que iba en zancos y vestido para un desfile casi nos pisa .
Señor extravagante. |
El hombre de los zancos. |
Las clásicas lamparitas chinas. |
Inciensos gigantes. |
Después de prender los inciensos, se finaliza la visita al templo tocando el gong. |
Como en todo año que comienza, mucha gente quiere saber qué le deparará el destino y recurre a los adivinos para que les lean el futuro. Lamentablemente, la barrera idiomática nos impedía si quiera considerar la opción de saber qué nos traía el año del conejo.
Un adivino leyendo una mano. |
Feliz año del conejo!
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