martes, 8 de marzo de 2011

Good bye Tokyo!

Si, tal cual, nuestra aventura nipona está llegando a su fin y, por ende, el querido blog santiagoentokio. Cuando empecé a escribirlo nunca imaginé la excelente acogida que tendría. Pensaba que lo iba a leer sólo la gente cercana y por cumplir. Pero me equivoqué y algo que nació para entrenerme, terminó cautivando a gran cantidad de gente.

La idea era mostrar a través de los ojos de una chilena lo diferente que se vive en este país. Creo que lo logré y siento que ustedes conocieron a fondo esta cultura taaan distinta a la nuestra.

A través de estos cuatro meses, pudimos comprobar que Japón es un país único, fascinante e interesantísimo. El pasado y el presente, lo tradicional y lo moderno conviven en armonía.

Hay muchas cosas dignas de imitar. Japón tiene el mejor sevicio del mundo. Donde uno vaya, ya sea un restaurant, una tienda un parque, etc, la gente te atiende con calidez, prontitud y excelencia. La ciudad es limpia, siendo que casi no hay basureros en las calles, ordenada y todo funciona con puntualidad inglesa. No hay bichos (les juro que no he visto una mosca o una hormiga desde que llegué), ni el clásico quiltro. Es muy seguro, casi no hay ladrones y hasta los niños andan solos en el metro o en las calles. A pesar del idioma, es una ciudad muy amigable.

A pesar de lo maravilloso que es vivir en esta ciudad, también hay cosas negativas. El estrés laboral y las largas horas que pasan los japoneses en la oficina no es digno de imitar. La poca vida familiar, poca comunicación y las grandes expectativas que se ponen en un hijo para que entre al mejor colegio o a la mejor universidad hace que haya adolescentes y jóvenes infelices. La sociedad japonesa es muy homogénea y rígida, esto significa que si te sales del plan establecido (buen colegio-buena universidad-buen trabajo de por vida) no hay modo de encajar de vuelta. Hace unos años atrás, las muertes superaron a los nacimientos, lo que significa que de aquí al 2020, la población va a empezar a disminuir. Las mujeres no quieren tener hijos porque es caro, estresante y están obligadas a dejar su carrera de lado. A pesar de la modernidad, la sociedad sigue siendo muy machista.

Bueno amigos, no los lateo más y sólo me queda darles las GRACIAS porque el éxito de este blog es en gran parte por ustedes.

Nos vemos en Chile!

Arigato gozaimasu! (y la correspondiente reverencia)

martes, 1 de marzo de 2011

Asakusa: el gran templo y la cerveza

Después de ver la modernidad y la excentricidad de Akihabara uno podrá pensar que lo antiguo no tiene cabida en el Tokio actual. Pero no. Los templos siguen jugando un papel importante en la vida de los nipones, habiendo gran cantidad de ellos en la capital, así como en todo Japón, los que generalmente son budistas o sintoístas. Pero no se asusten, no voy a hacer un tratado sobre religiones japonesas, sino que voy a hablar sobre uno de ellos: el Senso-ji, el más antiguo de Tokio.

Este impresionante templo está en el barrio de Asakusa, el más, (valga la rebundancia), antiguo de la capital nipona. El pasado se puede sentir cuando uno camina por sus calles, aunque queden pocos distritos tradicionales debido al feroz bombardeo del que fue víctima la ciudad y, sobretodo Asakusa, durante la II Guerra Mundial. Afortunadamente, el barrio se recuperó y pasó a tener otros "monumentos modernos" que lo identifican. Uno de ellos es el edificio en forma de shop de cerveza que construyó Asahi, una importante empresa japonesa, que es el equivalente chileno a la CCU. Asakusa es también cuna del barrio  de Kappabashi-dori, donde venden las réplicas en plástico de comida y del cual hablé en detalle en uno de los primeros post.

El edificio de Asahi. Lo dorado es la cerveza y lo de arriba simula la espuma. Lo de al lado es un grano de cebada.
Vamos al templo. Senso-ji es uno de los más visitados de la ciudad, sobretodo el fin de semana. Al llegar lo primero que uno se encuentra son hombres vestidos en forma tradicional y con unos zapatos que parecen simular unas patas de rana, con una separación al medio. Estos simpatiquísimos personajes están dispuestos a pasear al que quiera (y pague) en una mini carroza por el templo. Nosotros no nos aventuramos.


Hombre del carro

Después nos encontramos con la imponente entrada, donde una lámpara gigante nos invita a entrar. En nuestro atiborrado caminar vemos numerosas tiendas de souvenirs típicos japoneses hasta que llegamos al templo. Ahí vemos a numerosos nipones cumplir los rituales. Primero se escribe en una hoja algo que se quiera pedir y luego se amarra a unos alambres especiales. Posteriormente se pueden ver algunos que prenden inciensos para pedir por sus antepasados y luego en el templo mismo arrojan monedas y rezan. Lo más raro es que este ritual se puede hacer en cualquier tipo de templo, sin importar si es budista o sintoísta, porque los japos no creen en una sola religión, sino que incorporan elementos de varias de ellas, proceso que se conoce con el nombre de sincretismo. De hecho, una de las oraciones más populares cuando alguien tiene un problema es: "Kami-sama, Hotoke-sama, dōka otasuke kudasai", que significa Dioses y Buda ayudadme de alguna forma, por favor. O sea, como se diría en buen chileno, cualquier micro les sirve.

La imponente lámpara de la entrada

Camino al templo

El templo
Las peticiones

El incienso

El rezo después de haber tirado una moneda


Vista desde arriba del templo

Una de las estatuas budistas que rodea al templo

Más estatuas


Pero no todo es fervor. Miles de puestos de comida y productos rodean al templo, lo que lo convierte en un buen paseo de fin de semana. Por supuesto todo es ultra limpio y no hay peligro de intoxicarse.

Unos yakitoris de pollo, lo más cercano a nuestro anticucho.







¡Espero les haya gustado!

Queda sólo uno...